Este pasado verano, el grueso del pelotón de la peña se embarca hacia una nueva aventura de ocio y diversión. El marco ideal para esta actividad vacacional es el bonito pueblo costero de Peñíscola, no obstante podría haber sido cualquier otro porque no hay entre las fotos ni una sola del espectacular castillo acosterado o de sus estrechas y empinadas calles medievales,, pero lo que nos mueve a este grupo de incondicionales del ocio , no es la historia o los monumentos sino la comunión y confraternización con los amigos de la fiesta, también hubo tiempo para otros pequeños vicios como el ciber-poker y por las mañanas había que bajar la resaca de la Mandarina, (emblematico pub de la localidad) con un poco de playa para disfrute también de la próxima generación de uachefeceros.
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